Hoy se pone a la venta el Land Rover S1, que no es el móvil más ligero del mercado, tampoco el más delgado, ni mucho menos el más bonito, pero presume de ser el más resistente del mundo, haciendo gala de la conocida dureza de los automóviles de la compañía del mismo nombre. El S1 fue lanzado desde lo alto de un edificio, asado en un horno a 150 grados y pisoteado por un elefante, y aun así seguía funcionando.
Este auténtico «ladrillo» ha sido calificado como “indestructible” y está especialmente destinado a obreros y albañiles cuando estén en el tajo. A su rudeza une una batería para 1.500 horas de autonomía, cámara de dos megapíxeles y un tono de llamada tan potente como para ser oído en medio de maquinaria pesada.
El terminal lo comercializa Orange en el Reino Unido por 27 euros, asociado a un contrato de voz y datos. También lo vende libre a un precio de 272 dólares la cadena minorista Tesco, que está tan seguro del terminal que lo ofrece con una garantía “incondicional” de tres años.
Parece que habrá pocas formas de romper el Land Rover S1, aunque los redactores de The Sun parece que por fin lo consiguieron, aplastándolo con una carretilla elevadora de una tonelada.
