No Estados Unidos, sino los Países Bajos tienen el argumento más fuerte para detener la expansión territorial de China si es necesario.
Recordemos que en noviembre de 2023, el gobierno estadounidense prohibió a los productores de chips avanzados, como Nvidia y AMD, exportar sistemas de inteligencia artificial a China, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Vietnam. Por supuesto, esto no podría debilitar significativamente a la economía china, que es en gran medida independiente, pero ese no era el objetivo.
Los estadounidenses explicaron que el embargo era una contramedida en caso de intentos de utilizar inteligencia artificial con fines militares, lo que, sin embargo, generó más preocupaciones. Dado que China no puede obtener los mejores chips legalmente, existe un mayor riesgo de que quieran invadir Taiwán, donde se encuentran las plantas de TSMC, un importante fabricante de chips.
Sin embargo, se ha encontrado una manera, o al menos eso dice Bloomberg, citando fuentes cercanas a la administración Biden. Al parecer, la ASML holandesa, que produce para TSMC las máquinas necesarias en el proceso de fotolitografía, ha comenzado a implementar interruptores de emergencia en sus dispositivos.
Debe entenderse que si China quisiera apoderarse de las fábricas por la fuerza y asaltar su territorio, como teme Occidente, entonces no obtendrán ningún beneficio de todos modos. Los holandeses «matarán» remotamente las líneas de producción y los invasores se quedarán con toneladas de hierro que no les serán de utilidad.
Curiosamente, como podemos saber, los estadounidenses también obligaron a los holandeses a tomar una decisión más. Es decir, aquellas máquinas ASML que ya habían logrado llegar a China a través del comercio perderían el apoyo del fabricante y ya no recibirían mantenimiento. Naturalmente, la empresa holandesa no venderá más unidades.