Es el fin de las noches polares. Cientos de satélites iluminarán el cielo

La empresa solicitó permiso a la Oficina Espacial de la Comisión Federal de Comunicaciones de EE. UU. para poner en órbita el satélite Eärendil-1. Se supone que este es el comienzo de un experimento que, si tiene éxito, nos hará olvidar un fenómeno como la noche polar. Por supuesto, el día polar seguirá vigente. Está previsto que las pruebas duren hasta abril del próximo año y sus resultados se traducirán en una mayor operación del proyecto.

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Fin de la noche polar gracias a los satélites

¿Cómo se supone que funciona esto? Bueno, Reflect Orbital tiene la intención de colocar alrededor de 4.000 espejos de este tipo en órbita. Se supone que estos reflejan la radiación solar y la dirigen a zonas oscuras. De esta forma, pretenden iluminar regiones donde habrá noche polar. Sin embargo, se pretende que la constelación tenga un alcance global. Como lo destacó el director ejecutivo (CEO) y cofundador de Reflect Orbital, Ben Nowack:

Comenzaremos proporcionando una luz similar a la luna llena y aumentaremos hasta el mediodía. En cualquier lugar de la Tierra, bajo demanda.

La propia constelación también está destinada a dirigir la radiación solar acumulada a áreas como parques fotovoltaicos. Por supuesto, por un cargo adicional.

¿Una solución real o extorsionar a los inversores?

Ahora pensemos: ¿tiene esto algún sentido? Empecemos por llevar la luz solar a las zonas donde se produce la noche polar: esta acción calentará los polos, lo que acelerará significativamente el proceso de calentamiento global y el derretimiento de los glaciares. Sin embargo, esto sucedería en un horizonte temporal extremadamente largo, porque los espejos reflejarían principalmente radiación visible, no radiación infrarroja. El mayor problema sería que alteraría el ciclo de vida de los animales y plantas que han evolucionado en esas zonas y se han adaptado a ellas.

Además, una constelación así tendría problemas similares a los de Starlinks. Estamos hablando de basura espacial y su constante quema en la atmósfera, lo que se traduciría en la destrucción de la capa de ozono. No podemos ignorar los problemas de los astrónomos: los satélites de Elon Musk, diseñados para reflejar la menor cantidad de luz posible, tienen un impacto negativo en los telescopios terrestres. Aquí tenemos satélites que se supone que reflejan la mayor cantidad de luz posible. El único problema que se solucionará es que habrá luz en las ciudades del extremo norte.

Así que la idea es absurda y dañina, pero sólo si se piensa en ella un poco más profundamente. Aparte de eso, parece una solución simple y brillante. Es decir, algo que resulta muy fácil de atraer a inversores que quieran invertir dinero en tecnologías punteras. Y aunque no tengo pruebas de ello, expresaré aquí mi opinión: estoy prácticamente seguro de que ese es el verdadero objetivo de este proyecto.

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