Nueve meses después de que el Gobierno anunciara la subida del impuesto sobre el valor añadido, los nuevos tipos, el 18% para la tasa general y el 8% en la reducida, entran hoy en vigor. Los ciudadanos tendremos que volver a sufrir en carne propia los efectos de la crisis, no sólo a la hora de llenar el depósito de nuestro coche, comprar una vivienda, gas butano o natural, si no también a la hora de pagar nuestra factura de teléfono o línea ADSL.
Los servicios de telefonía e Internet pasan a gravarse con el 18% (dos puntos más que hasta ahora). Además, una norma del Ministerio de Industria obliga a las compañías a repercutir la nueva tasa en la factura de junio. Según la ley, el pago se realiza tras el consumo, lo que en términos legales se conoce por tracto sucesivo o continuado. Es decir, que las llamadas que se realizan se pagan solo en el momento en el que se exige el pago (cuando llega la factura), ya que la empresa ha tenido que hacerse cargo del adelanto de los costes que el consumo suponga.
A partir de ahora, por tanto, el envío de SMS, las llamadas o el establecimiento de llamada subirán entre 3 y 5 céntimos de media. Además el precio del ADSL de 3 ó 6 megas de Telefónica (la modalidad más extendida en España) pasará de costar 63,5 euros a 64,74 euros. Las modalidades de fibra serán las que más acusen la subida, con un incremento de 3 euros mensuales al mes.