Como sabemos hemos dado un giro de 360º en el sector smartphone durante los últimos años. A lo largo de la primera década del presente siglo la tendencia era clara, terminales cada vez más pequeños y cómodos, pero a su vez plenamente funcionales. Hoy, para bien o para mal, la tendencia es distinta.
Sí, grandes y pequeños fabricantes apuestan por pantallas de 5 y 6 pulgadas, un movimiento que deja una consecuencia clara e inevitable, los phablets canibalizarán parcialmente las ventas de tablets de pequeño formato, esto es, las de 7 pulgadas, en 2014.
Así lo afirma el analista Bob O’Donnell y lo cierto es que su predicción tiene mucho sentido, tanto que podemos plantearlo con una pregunta: ¿Merece la pena comprar una tablet de siete pulgadas teniendo un smartphone de seis pulgadas?
La respuesta es evidente, aunque sí, presenta matices. En líneas generales podemos contestar que no, esto es, para alguien que tiene un smartphone Android de más de 5 pulgadas una tablet de 7 pulgadas, basada en el mismo sistema operativo, puede ser redundante y hasta poco útil.
Es evidente que la cosa cambia si tenemos dicho smartphone y adquirimos, por contra, una tablet basada en iOS o en Windows, ya que el cambio de plataforma marca la diferencia.
Con todo creemos que la idea base de la predicción está clara. Y vosotros, ¿estáis de acuerdo con ella?