Han sido necesarios muchos meses para logar el acuerdo pero hace unas horas el Parlamento Europeo ha certificado la muerte del roaming; a partir del próximo 15 de junio los usuarios no tendrán que pagar ningún extra en su factura por llamar o utilizar datos en el extranjero.
Es importante recalcar que las operadoras sí podrán cobrarse entre sí por el uso de sus infraestructuras, razón por la que se han fijado los siguientes costes fijos:
- 0,032 por minuto de llamada.
- 7,7 euros por cada gigabyte de datos.
- 0,01 euros por SMS.
El Parlamento ha establecido una hoja de ruta para ir disminuyendo estos precios de forma progresiva; así, en 2018 el coste por gigabyte bajará hasta los 6 euros y para 2022 se espera que ronden los 2,5 euros. En todo caso, estos costes nunca serán asumidos por el cliente final, al menos en teoría.
Si un cliente sobrepasa los límites que tenga contratados en su tarifa el operador nunca podrá cobrar más que los precios fijados, evitando así sorpresas «molestas» en la factura.
Uno de los aspectos más complicados de la negociación ha sido establecer cuándo se está abusando del roaming (por ejemplo, si un usuario contrata una línea en un país distinto al de su residencia habitual). El acuerdo dicta que si durante cuatro meses se detecta un consumo en otro país superior al de donde tenemos contratada la línea el operador puede solicitar una aclaración al usuario, que tendrá 14 días para responder. De no ser satisfactoria, se aplicarán cargos extra (0,04 por minuto de voz y 0,0085 euros por MB, propone la Comisión).
Aunque todavía quedan algunos flecos legales por resolver ya no hay marcha atrás; a partir del 15 de junio podremos disfrutar de nuestra tarifa en cualquier país de la Unión Europea sin pagar de más.
Vía | Nota de prensa del Parlamento Europeo