Samsung intenta atraer a fabricantes de baterías que no sean los dos que terminaron por enterrar el Galaxy Note 7. Cuando SDI, la subsidiaria del gigante surcoreano, tuvo que lidiar con los requerimientos de alta densidad de la fallida phablet, utilizó unos electrodos no ortodoxos que no eran capaces de mantenerse sin estropearse en casos de uso real. Ante esa situación, Samsung decidió ampliar la producción a Amperex, que no fue capaz de fabricar las millones de baterías pedidas por el gigante surcoreano con la calidad suficiente en las tan solo dos semanas que se les dio de plazo.
Samsung está poniendo todo su empeño para que nada falle en el lanzamiento del Galaxy S8, un dispositivo sobre el cual se han disparado las expectativas y la atención tras el costoso fiasco del Note 7. Para ello, la compañía ha implementado una prueba en ocho pasos para las baterías con el fin de garantizar su seguridad y buen funcionamiento una vez que los dispositivos hayan sido puestos a la venta al público, y entre las cuales se pueden encontrar incluso exámenes realizados con rayos x por cada unidad de batería.
Según informaciones que están circulando, Samsung podría convertir a Sony en su tercer proveedor de baterías para el Galaxy S8, aunque la situación es en realidad un poco más retorcida de lo que aparenta.
Sony vendió su división de baterías a Murata no hace mucho, por lo que en teoría Samsung estaría llegando a un acuerdo con esta última empresa. Sin embargo, la transacción del negocio de las baterías de Sony a Murata no se completaría hasta julio del presente año, por lo que Sony sería la encargada de suministrar, al menos inicialmente, las baterías para el Galaxy S8.
Según parece, el gigante surcoreano ha quedado realmente muy impresionado por la tecnología de las baterías Sony, lo que ha podido despertar su interés para incluirlas unidades de su próximo smartphone emblema.
ADVERTENCIA: La imagen de portada no corresponde a la batería que Sony podría suministrar a Samsung.
Fuente | PhoneArena