Si te divierte el problema de Anakin Skywalker, quien dice en Star Wars que no le gusta la arena porque es áspera, irritante y llega a todas partes, entonces puede que no te estés riendo ahora. Resulta que (la arena, por supuesto, pero también Anakin) es más mortal que los tiburones.
El verano, por supuesto, es la época de los viajes de vacaciones, cuyo objetivo a menudo es la playa. Sin embargo, si crees que jugar a construir un castillo o a enterrar a tu papá es un juego de niños, la ciencia demuestra que puedes estar muy equivocado. Las investigaciones sugieren que la arena de la playa puede ser más mortal que los tiburones mencionados anteriormente – advierte sciencealert.com ¿Cómo es posible?
Tan pequeño, tan peligroso
La arena es un tipo de material que está formado por granos con un diámetro de 0,06 a 2 milímetros. Y aunque las partículas en sí no son las más pesadas, cuando se acumula la cantidad adecuada de ellas, pueden tener un poder mortal. El peligro proviene de los agujeros excavados en la arena y de los montículos sobre los que se amontona, especialmente si se trata de material seco. Es importante destacar que a veces es fácil pasarlo por alto, porque los granos excavados a menudo pueden estar muy húmedos, lo que aumenta su estabilidad. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el calor y factores adicionales como el viento o que alguien pise un montículo justo al lado del hoyo pueden provocar un deslizamiento peligroso.
En tal situación, el rescate es muy difícil porque cualquier aproximación a la persona lesionada puede provocar nuevos deslizamientos de arena. Si, desafortunadamente, te encuentras en tal situación, vale la pena buscar un trozo de árbol más grande que bloquee el flujo de granos hacia el agujero. Como señala sciencealert.com, es mejor no cavar un hoyo más profundo que las rodillas de la persona más baja del grupo. En el primer paso, también debes concentrarte en quitar la arena de la cara y el área del pecho, lo que garantizará un suministro seguro de oxígeno a la persona lesionada. También es una buena idea limitar el número de personas alrededor del agujero porque si se acercan demasiado, podrían provocar otro colapso.
Sólo en los diez años transcurridos entre 1997 y 2007, en Estados Unidos murieron hasta 31 personas, incluidos niños, en situaciones de este tipo. Otros 21 sobrevivieron a ese entierro, pero a menudo necesitaron reanimación cardiopulmonar. Los agujeros tenían desde 0,6 metros hasta incluso 3,7 metros de profundidad.