Puede que los diamantes no sean eternos, al contrario de lo que nos enseña la cultura pop, pero tienen muchos usos diferentes. Los científicos acaban de identificar otro de ellos, que es literalmente una idea cósmica.
¿Cómo proteger la Tierra del calentamiento global causado por el hombre? Bueno, los consejos son bastante obvios. Lo mejor para nosotros es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero un equipo de científicos, dirigido por el climatólogo Sandro Vattoni de ETH Zurich en Suiza, decidió buscar un camino diferente.
Competencia, es decir, dióxido de azufre
Los investigadores realizaron cálculos sobre los materiales que serían más adecuados para el enfriamiento global de aerosoles estratosféricos (SAI). ¿Solicitud? ¡El problema probablemente se resolvería con una nube de nanopartículas de diamante por un valor total de varios cientos de billones de dólares! Pero en teoría es una solución. Curiosamente, también es útil para la exploración espacial.
Durante décadas, los científicos se han preguntado si enturbiar la atmósfera con partículas que reflejan la luz podría proyectar suficiente sombra para contrarrestar los efectos de calentamiento del exceso de gases de efecto invernadero. Un candidato era el dióxido de azufre. Lamentablemente, a pesar de su eficacia, el resultado también sería el agotamiento de la capa de ozono, el calentamiento estratosférico y la lluvia ácida.
Hermosa teoría, peor en la práctica.
Investigaciones recientes realizadas por científicos suizos han demostrado que, debido a las propiedades físicas de esta sustancia, sería una mala elección como material reflectante. Así lo demostró un análisis que tuvo en cuenta los movimientos, la termodinámica y la química de siete aerosoles que hipotéticamente podrían ayudarnos con el calentamiento global. Este estudio evaluó candidatos en cuanto a absorción de calor, reactividad y reflectancia. Fueron estas mediciones las que apuntaron a partículas de diamante.
Cada molécula no sólo permanecería en el aire el tiempo suficiente para realizar un trabajo adecuado, sino que tampoco se pegaría entre sí ni reaccionaría para crear sustancias tóxicas como la lluvia ácida. Como señala sciencealert.com, el problema es su precio: 600.000 dólares por megatonelada de polvo de diamante. Esto indica claramente que, si bien el uso de tales aerosoles es posible en teoría, en la práctica actualmente es inviable para nosotros y Sin embargo, debemos volver a reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.