Apple está en la encrucijada. Entre las tensiones políticas, los problemas económicos y las expectativas tecnológicas, la marca debe hacer malabarismos con la precaución para preservar su imagen de innovación mientras se adapta a su producción. El próximo iPhone, más caro pero probablemente más innovador, reflejará este equilibrio en un contexto global inestable.

El próximo iPhone, cuyo lanzamiento está programado para el otoño, puede experimentar un aumento significativo del precio, según la información revelada por el Wall Street Journal. Aunque Apple se niega a hacer un vínculo directo entre este aumento de precios y la reciente intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, los observadores lo ven como una consecuencia directa de las medidas proteccionistas implementadas por la administración de Donald Trump.
A pesar de un acuerdo temporal firmado después de las negociaciones en Ginebra, las importaciones chinas permanecen gravadas hasta un 30 % por un período de prueba de 90 días. Esta decisión llega a las empresas estadounidenses que dependen de una cadena de suministro fuertemente establecida en Asia, como es el caso de Apple.
Ante esta presión económica, Apple explora medios para preservar sus márgenes mientras mantiene la innovación. El próximo iPhone, de los cuales se han revelado pocos detalles, debería ofrecer un diseño particularmente fino e introducir nuevas características. Esta apuesta por la innovación tiene como objetivo justificar un aumento en los precios con los consumidores, que, sin embargo, pueden ser más sensibles al aumento que atraído por los nuevos productos.
Para lidiar con este desafío, la compañía busca diversificar sus fuentes de producción. India, que se ha convertido en unos años en un socio estratégico, ahora está en el corazón de esta estrategia. Según Tim Cook, el gerente de Apple dijo recientemente que su compañía planeaba reunir la mayoría del iPhone para el mercado estadounidense en sus fábricas indias entre abril y junio. Esta medida tiene como objetivo limitar el impacto financiero de las tareas de aduanas, que, según las estimaciones, le costaría a la compañía alrededor de $ 900 millones solo para este período.
Sin embargo, la capacidad de producción en India sigue siendo menor que la de China. Si las fábricas indias pueden admitir la fabricación de modelos de iPhone Pro, aún no están equipados para producir el iPhone Pro Max más complejo. Además, los volúmenes que los sitios indios pueden manejar aún están lejos de igualar los de las fábricas chinas. Con esto en mente, Apple incluso planearía reubicar parte de su producción en el suelo estadounidense.
Fuente: Le Parisien
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