¿Qué pasa si las baterías de nuestros dispositivos diarios ocultan el peligro potencial con demasiada frecuencia?
Omnipresente en nuestra vida diaria, las baterías de iones de litio alimentan nuestros teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras portátiles y scooters eléctricos. Sin embargo, sus riesgos permanecen en gran medida subestimados. Una encuesta reciente realizada por la prévención de la asociación con alertas francesas sobre los riesgos de incendio y el comportamiento que se debe evitar para mantenerse a salvo.
Según esta encuesta, asociado con estos componentes de energía. Sin embargo, cada hogar tiene un promedio de alrededor de veinte dispositivos que contienen este tipo de batería, lo que hace que su buen uso sea esencial para evitar cualquier incidente.
El principal peligro señalado por los expertos es el riesgo de fuego. Puede ser suficiente para causar sobrecalentamiento que conduce a la combustión de la batería. Alrededor del 10 % de los encuestados afirman haber enfrentado un comienzo al incendio causado por uno de sus dispositivos. Seguimiento de las computadoras portátiles (10 %) y baterías externas (7 %).
Pero las conclusiones del estudio deben examinarse con matices. Ciertos comportamientos de riesgo que se encuentran así merecen ser puestos en perspectiva. Por ejemplo, el uso de un cargador que no se suministra con el dispositivo puede ser inofensivo si está certificado y adecuado. Del mismo modo, continuar usando un teléfono mientras se recarga no es una amenaza importante, excepto en caso de sobrecalentamiento anormal. Estas prácticas no son automáticamente peligrosas si cumplen con los estándares de seguridad.
El estudio también destaca la compra de productos reacondicionados como un factor de riesgo. Una generalización que podría dañar a los profesionales en el sector, sin embargo, sujeto a rigurosos protocolos de verificación. Por lo tanto, el desafío es no demonizar el mercado de segunda mano, sino para resaltar la importancia de comprar estos productos a vendedores confiables.
También debe recordarse que la responsabilidad no se basa únicamente en los usuarios. Los fabricantes también deben garantizar estándares de alta calidad. Las certificaciones europeas como esta o NF no están allí para decorar. Deben dar fe del cumplimiento de los productos a los estándares de seguridad. La historia del Galaxy Note 7, con sus baterías explosivas, sigue siendo un recordatorio mordaz de que los errores también pueden provenir de las cadenas de producción de las principales marcas.
Leer también: Las mejores baterías externas: ¿Qué modelo comprar en 2025?
Fuente: Frandroid